martes, 11 de marzo de 2008

Nota

Hola profe espero que le gusten los relatitos y que no le parezcan pesaditos ni nada por el estilo ejjejej. bueno que espero que le gusten.

Dédalo y Talo


Dédalo era un gran escultor y arquitecto, además fue reconocido como el primero que trabajó el mármol. Él quería que cuando muriese quedase reflejada su trayectoria en su sobrino Talo, que era un joven muy ingenioso y muy listo que le robó un invento a su tío. Dédalo se había inspirado en la mandíbula de una serpiente para inventar un serrucho. Cuando Dédalo vio el inventó firmado por su sobrino Talo lo desheredó y lo metió en un apuro. Él delante de todo el consejo que iba a aprobar el invento le preguntó a su sobrino que cómo había hecho el invento, prosupuesto Talo se calló y todos se dieron cuenta de que fue su tío el que lo inventó. Dédalo como venganza arrojó a Talo desde un precipicio. Como no pudieron acusarlo por falta de pruebas, lo condenaron al destierro, es decir tenía que marcharse de Atenas.

Gordio y el Nudo Gordiano

Gordio era un pobre campesino. Un día vio que un águila se había posado en la vara de su carro de bueyes. Como el águila seguía instalada en la vara, sin inmutarse, entonces Gordio decidió dirigirse a Telmiso en Frigia, porque allí había un oráculo confiable para preguntarle qué podía significar esto.

Antes de atravesar la puerta de entrada a la ciudad, encontró a una bella joven que poseía el don de la profecía. No bien vio el carro con el águila, le dijo a Gordio que debería ir directamente a ofrecerle sacrificios a Zeus y le pidió que la dejara acompañarlo.

-Por supuesto. Respondió Gordio. Y agregó –Eres una joven muy inteligente, ¿Quieres casarte conmigo?

-Primero hay que ofrecer sacrificios, dijo ella.

Entonces se dirigieron hacia la ciudad.

Ellos no sabían que el rey de Frigia había muerto súbitamente y como no tenía hijos no se conocía al sucesor.

Pero un oráculo vaticinó:-!Su nuevo rey se acerca con su futura esposa en un carro tirado por bueyes! . Ellos entraron con la carreta en la plaza e inmediatamente todas las miradas se posaron en ellos y en el águila que todavía seguía parada sobre la vara de la carreta.

Inmediatamente proclamaron- ¡Aquí está nuestro nuevo Rey!.

Como agradecimiento le dedicó el carro y los bueyes a Zeus.

Gordio había enganchado el carro a la vara con un nudo muy particular.

Un oráculo vaticinó:-El hombre que pueda desatar el nudo se convertiría en el dueño y señor de Asia. La carreta quedó entonces en la Acrópolis, durante siglos, bajo la atenta vigilancia de los sacerdotes de Zeus.

En el año 333 antes de Cristo, Alejandro de Macedonia, También conocido como Alejandro Magno, pasó por la ciudad y cortó el nudo con su espada en un acto de soberbia.


Como pueden ver este relato no está escrito por mí pero me gustaba y me apeteció ponerlo en la página

Las Orejas del Rey Midas

Marsias encontró luna flauta en un arroyo y consiguió arrancarle deliciosas melodías. Tanto que decidió competir con el dios Apolo. Apolo llamó a las musas y al rey Midas que tanto apreciaban la música para que actuaran como jurado. Marsias tocaría la flauta y Apolo la lira. Los dos tocaron sus instrumentos pero el jurado no pudo ponerse de acuerdo porque ambos dieron un espléndido concierto. Entonces Apolo dijo: Te reto a que toques mi instrumento como lo hago yo, y yo tocaré el tuyo.

-¡Yo no puedo hacer eso! Replicó Marsias. Sólo sé tocar la flauta.

-Entonces Apolo gana, dijeron las Musas.

-Eso es muy injusto, dijo el rey Midas- Sólo es un principiante.

Apolo decepcionado del rey Midas le propuso tocar él por Marsias. Como no lo hizo lo convirtió en un monstruo con orejas gigantes y a Marsias lo mató. El rey Midas muerto de la vergüenza acudió al peluquero para que le arreglase el pelo de tal forma que sus orejas no se pudieran ver y le prometió que si decía algo de lo que le pasaba lo mataría. El peluquero no pudo aguantarse y como en toda peluquería el chisme tomó vuelo. Al día siguiente todos se burlaron de él y como venganza el rey Midas mató al peluquero y le impuso una maldición a Apolo. La maldición era que si volvía a tocar se convertiría totalmente en un burro para el resto de su vida y que solo el silbido del rey Midas lo transformaría de nuevo en humano. Con el paso del tiempo Apolo no aguantaba más sin tocar así que se decidió, cogió su instrumento y se puso a tocar y mientras sonaba la melodía poco a poco se fue convirtiendo en un burro. Apolo le imploró a rey que le quitara la maldición pero él se negó y le dijo que moriría siendo un burro.

Atenea y Aracne

Cuenta la leyenda que había una hermosa joven llamada Aracne. Era muy habilidosa en el arte de entretejer la lana, y por ese talento era reconocida así como la diosa Atenea. Las ninfas quedaban maravilladas con sus tejidos y decidieron hacer un concurso entre ellas y quien tejiera el mejor bordado se convertiría e una ninfa y ganaría el respeto de todos. Aracne era una principiante en este tema pero a pesar de eso quiso involucrarse en la competición. Atenea y Aracne comenzaron a tejer y a tejer y cuando acabaron las ninfas eligieron como mejor bordado el de Aracne. Atenea despechada la convirtió en araña y desde entonces no cesa de tejer colgada de un hilo

Orfeo y Eurídice


Orfeo era un gran poeta y tocaba muy bien la lira. Con ella embrujaba a todos los que la escuchaban y éstos hacían lo que él quería. Hasta los árboles y las rocas se movían y cambiaban de lugar solo para escuchar sus dulces melodías.
Orfeo una mañana paseando por el bosque se encontró a una bella dama. Era muy hermosa y dulce, tanto así, que después de ese día solo vivía por y para ella. Cada mañana volvía al mismo sitio donde la encontró y su único propósito era enamorarla. Ella en cambio no quería saber nada de él, estaba enamorada de un príncipe y se iban a casar. Orfeo al enterarse decidió hacer un plan con el que Eurídice quedaría tan enamorada de él que se casarían y vivirían felices toda la vida. Para ello utilizó su lira, su música actúo como un embrujo que la envolvió y la mantuvo pro siempre a su lado. Por desgracia duró muy poco ya que ella se enfermó y murió. Orfeo desesperado por recuperar a su esposa, decidió descender al Tártaro para buscarla y traerla de vuelta a la vida. Orfeo tomó la lira, y mientras tocaba, encantaba a todos los que se cruzaban en su camino otro hasta llegar hasta el mismo trono de Hades a quien le reclamó la muerte de su esposa. Él quería recuperarla y por ello le pidió a Hades que se la devolviera. El rey de los muertos le ofreció la oportunidad de volver con su esposa a casa pero solo con una condición: que cuando llegaran al pueblo él debería elegir entre seguir con su esposa y abandonar la música o seguir su vida en solitario y vivir en la auténtica pobreza que nunca los dejaría vivir en paz. Orfeo pensó si sigo con mi esposa moriremos dentro de pocas semanas de hambre y si no estoy con ella moriré solo de dolor así que decidió quedarse con su amada esposa y morir por amor.

lunes, 10 de marzo de 2008

Dédalo y el laberinto.

Dédalo partió hacia la Isla de Creta, donde fue muy bien recibido por el rey Minos. Por entonces escaseaban en la isla los arquitectos y escultores y lo tomó a su servicio. Allí Dédalo se dedicó a crear espléndidas obras de arte. En esos momentos, la isla de Creta estaba asolada por un terrible monstruo, con cuerpo de hombre y cabeza de toro llamado Minotauro, que sembraba el terror en toda la isla. El rey Minos le encargó a Dédalo la creación de un laberinto. Esta construcción tenía tantos pasadizos, rodeos que no llevaban a ninguna parte, vueltas y sinuosidades que una vez que alguien entraba se hacía imposible encontrar la salida pero él estaba equivocado porque el Minotauro quedó encerrado durante varios años pero luego encontró una salida justo cuando Creta estaba confiada y creía que estaba bajo una inmensa tranquilidad. El rey Minos le prohibió la salida a Dédalo debido a que no pudo solucionar ese problema. Como castigo lo encerró en el mismo laberinto y le dijo que si el minotauro encontró la salida el también debería encontrarla y que solo cuando la encontrara sería libre.

La manzana de la discordia

Cuenta la leyenda, que cuando Peleo y Tetis se casaron. enviaron invitaciones a la fiesta para todos los dioses . Como no querían tener problemas en un día tan especial, decidieron invitar a Eris, conocida como La Discordia que era la mejor amiga de Peleo. Eris estaba enamorada de el novio de su mejor amiga y por ello en el banquete de bodas furiosa se dirigió a la mesa donde se encontraban las diosas más hermosas: Hera, Atenea y Afrodita y arrojó una enorme manzana con una inscripción tallada que decía: "Para la más Hermosa". Hera dijo: Debe ser para mí. Pero al instante, Atenea y Afrodita también reclamaron la manzana y pusieron a Zeus como árbitro. Zeus, no quería tomar parte por ninguna de las diosas ya que sabía que por lo menos dos de ellas terminarían haciendo reclamos por su intervención o lo que es peor, enemistadas con él y decidió sacarse el problema de encima. No se le ocurrió nada mejor que enviar a las tres diosas antela pareja de novios para que decidieran ellos. Una a una las diosas fueron desfilando ante ellos cubriéndolo de promesas. -Prometo darles poder y riquezas si me eligen- Dijo Hera. Atenea les prometió: -Si dicen que yo soy la más bella, les otorgaré gloria en las guerras y fama por doquier-. Pero, la sensual Afrodita, que era muy astuta, le ofreció la hija mas hermosa que pudiesen tener. Afrodita obtuvo la manzana de oro y de allí en más Hera y Atenea se convirtieron en sus peores enemigas. Entonces Afrodita , fiel a su promesa les ayudó y después de una año ellos tuvieron la hija mas bella. De esta manera con la manzana de la discordia Eris destrozó la esperada boda.

Faetón

Faetón es hijo de Helios, personificación del sol. Él le reveló a su madre la identidad de su padre. La madre se aprovechó de la situación para sacarle cosas al padre de su hijo y para ello utilizaba a Faetón. Él le pide a su padre que le dejase mandar en lugar de él, y por supuesto el padre no se pudo negar porque le hizo una promesa a su hijo. Faetón tomó las riendas y se lanzó a la aventura. Pero sus malas influencias y su torpeza empeoraron su camino perdiendo poder por su paso. La Tierra se queja al rey del Olimpo y Zeus fulmina al aventurero imprudente.

sábado, 8 de marzo de 2008

Prometeo y Pandora


Hijo de titanes, Prometeo era un joven héroe que se dirigió a Zeus en busca de ayuda. Él le pidió una chispa del fuego eterno a fin de alumbrar a los hombres y darles calor. Zeus casi convencido de aceptar la propuesta de Prometeo se cegó y se envolvió en una capa de egoísmo que lo llevó a negarle la propuesta. Zeus después de una semana se dio cuenta que alguien le había robado una chispita y en el primero que pensó fue en el desconsiderado, según él, de Prometeo, por lo que ordenó a que se le encadenara en lo alto de un peñasco, donde cada día llegaría un buitre a arrancarle las entrañas de Prometeo volverían a renacer. Zeus estaba totalmente convencido de que había sido Prometeo. Él estaba muy equivocado porque había sido su hijo Hefesto que escuchó la conversación que habían tenido anteriormente Prometeo y Zeus. Hefesto le había pedido a su padre que lo convirtiera en u ser maravilloso y como su padre no lo hizo, se vengó. Él robó la chispa y se la dio a los hombres que estaban felices lo cual molestó a su padre. Zeus ordenó a los orférebres del Olimpo que construyeran una formidable caja que serviría de dote para que Pandora se desposara con Epimeteo. De acuerdo con la oferta de Zeus, Epímeteo y Pandora vivirían entre los hombres, en un ambiente de infinita felicidad, con la condición de que nunca abrirían la caja que contenía tesoros incomprensibles para los hombres. La curiosidad de Pandora la hizo abrir la caja liberando todos los tesoros y males que se encontraban en ella con los que Zeus se vengaba de la humanidad y sobretodo de Prometeo (la persona que Zeus pensaba que había robado la chispita de fuego).Después de un largo tiempo Hefesto le dijo a su padre la verdad y le pidió que devolviera a la humanidad las ganas de vivir y la felicidad que se merecían todos. Zeus se compadeció del mundo liberando a Prometeo y a todo el mundo con la condición de que nunca robarían nada y que vivirían todos en paz.