martes, 11 de marzo de 2008

Orfeo y Eurídice


Orfeo era un gran poeta y tocaba muy bien la lira. Con ella embrujaba a todos los que la escuchaban y éstos hacían lo que él quería. Hasta los árboles y las rocas se movían y cambiaban de lugar solo para escuchar sus dulces melodías.
Orfeo una mañana paseando por el bosque se encontró a una bella dama. Era muy hermosa y dulce, tanto así, que después de ese día solo vivía por y para ella. Cada mañana volvía al mismo sitio donde la encontró y su único propósito era enamorarla. Ella en cambio no quería saber nada de él, estaba enamorada de un príncipe y se iban a casar. Orfeo al enterarse decidió hacer un plan con el que Eurídice quedaría tan enamorada de él que se casarían y vivirían felices toda la vida. Para ello utilizó su lira, su música actúo como un embrujo que la envolvió y la mantuvo pro siempre a su lado. Por desgracia duró muy poco ya que ella se enfermó y murió. Orfeo desesperado por recuperar a su esposa, decidió descender al Tártaro para buscarla y traerla de vuelta a la vida. Orfeo tomó la lira, y mientras tocaba, encantaba a todos los que se cruzaban en su camino otro hasta llegar hasta el mismo trono de Hades a quien le reclamó la muerte de su esposa. Él quería recuperarla y por ello le pidió a Hades que se la devolviera. El rey de los muertos le ofreció la oportunidad de volver con su esposa a casa pero solo con una condición: que cuando llegaran al pueblo él debería elegir entre seguir con su esposa y abandonar la música o seguir su vida en solitario y vivir en la auténtica pobreza que nunca los dejaría vivir en paz. Orfeo pensó si sigo con mi esposa moriremos dentro de pocas semanas de hambre y si no estoy con ella moriré solo de dolor así que decidió quedarse con su amada esposa y morir por amor.

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