martes, 11 de marzo de 2008

Las Orejas del Rey Midas

Marsias encontró luna flauta en un arroyo y consiguió arrancarle deliciosas melodías. Tanto que decidió competir con el dios Apolo. Apolo llamó a las musas y al rey Midas que tanto apreciaban la música para que actuaran como jurado. Marsias tocaría la flauta y Apolo la lira. Los dos tocaron sus instrumentos pero el jurado no pudo ponerse de acuerdo porque ambos dieron un espléndido concierto. Entonces Apolo dijo: Te reto a que toques mi instrumento como lo hago yo, y yo tocaré el tuyo.

-¡Yo no puedo hacer eso! Replicó Marsias. Sólo sé tocar la flauta.

-Entonces Apolo gana, dijeron las Musas.

-Eso es muy injusto, dijo el rey Midas- Sólo es un principiante.

Apolo decepcionado del rey Midas le propuso tocar él por Marsias. Como no lo hizo lo convirtió en un monstruo con orejas gigantes y a Marsias lo mató. El rey Midas muerto de la vergüenza acudió al peluquero para que le arreglase el pelo de tal forma que sus orejas no se pudieran ver y le prometió que si decía algo de lo que le pasaba lo mataría. El peluquero no pudo aguantarse y como en toda peluquería el chisme tomó vuelo. Al día siguiente todos se burlaron de él y como venganza el rey Midas mató al peluquero y le impuso una maldición a Apolo. La maldición era que si volvía a tocar se convertiría totalmente en un burro para el resto de su vida y que solo el silbido del rey Midas lo transformaría de nuevo en humano. Con el paso del tiempo Apolo no aguantaba más sin tocar así que se decidió, cogió su instrumento y se puso a tocar y mientras sonaba la melodía poco a poco se fue convirtiendo en un burro. Apolo le imploró a rey que le quitara la maldición pero él se negó y le dijo que moriría siendo un burro.

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